Encontrar la mejor postura para conducir es más importante de lo que parece: sentarse al volante de cualquier manera puede hacerte acumular cansancio, tensión en la espalda, cuello y brazos y aumenta las posibilidades de tener un accidente ya que se incrementa el riesgo de perder el control del vehículo.
Hace algunos años era complicado conseguir una postura correcta para conducir ya que los asientos eran de una única pieza y contaban con pocas regulaciones. Los vehículos han ido evolucionando, resultando cada vez más cómodos y ergonómicos y actualmente todos los vehículos en el mercado poseen asientos individuales en los que se puede regular la posición más adecuada a cada persona.
Normalmente adoptamos en el vehículo la postura más cómoda, sin pararnos a pensar si se trata de la más adecuada. La postura correcta se consigue cuando nos sentamos con el asiento lo más bajo posible, ajustando la distancia a los pedales y con la espalda cómodamente apoyada en el respaldo del asiento con una pequeña inclinación hacia atrás, de manera que la columna no forme un ángulo recto. Una vez estemos bien colocados debemos ajustar los retrovisores y por supuesto, abrocharnos el cinturón.